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COMO EDUCAR CON DISCIPLINA A SUS HIJOS

“La disciplina es un proceso gradual que debe ser enseñado a los niños poco a poco con amor, paciencia y firmeza. Consiste básicamente en guiar a los hijos para que sepan qué está bien o mal, pero requiere una inversión importante de tiempo expresada en criterios de calidad y cantidad, lo que permite conocer los hijos y definir una manera particular de disciplinarlos”.
El lograr establecer una disciplina efectiva requiere de estructura, firmeza, conocimiento, valores, sensibilidad y empatía entre otras cosas. Establece reglas claras y las consecuencias lógicas al acto. Éstas son distintas para cada familia, según la estructura y valores de la misma.
“La idea es lograr un equilibrio: identificar y transmitir los límites, enseñar las cosas permitidas y las que no, corregir de manera constructiva y positiva las conductas inadecuadas, mostrar sus errores y las consecuencias de sus actos, evitar los castigos, dar autonomía y reconocer los éxitos para hacer sentir a los niños capaces. … Ser firme pero no dominante, y asumir que son los padres quienes deben estar a cargo de los hijos ejerciendo funciones de cuidado, guía y control, pero dentro de una relación de respeto por el niño”.
Cómo educar con firmeza y cariño
La disciplina ha de ser un medio para el desarrollo sano y feliz de los niños, niñas y jóvenes, un camino para enseñarles a ser autónomos y responsables, que no perjudique su autoestima y no provoque reacciones negativas. La disciplina positiva tiene como objetivo favorecer la maduración de los niños, niñas y jóvenes, para que sean adultos responsables, autónomos y felices.
Bases de la Disciplina Positiva. 
  • Colaboración.
  • Responsabilidad y Autonomía.
  • Cariño y comprensión.
  • Comprensión por parte del niño, niña y joven de las normas.
  • Implicación de los niños, niñas y jóvenes.
  • Libertad de actuación.
  • Desarrollo sano y feliz
Características de una persona disciplinada. 
  • Es ordenada, eficaz, responsable y de carácter. 
  • Manifiesta responsabilidad para organizar su tiempo y está pendiente de cumplir con lo propuesto.  Su palabra es sinónimo de garantía y credibilidad.
  • Formas adecuadas de comportarse y actuar (familia, escuela, comunidad). Seguridad en sí mismo
  • Entiende que sus actos tienen consecuencias que actúan con libertad en función de estos conocimientos. 
  • El compromiso no es una carga, no se molestan cuando se les pide algo y desarrollan la capacidad de control para lograr sus deseos y metas.
  • Entienden y comparten el sentido de las normas.
Para que funcione la disciplina 
  • Hágale saber al niño, niña o joven qué es lo que espera de él y la forma como puede cumplir con ello. Enséñele cómo hacerlo más fácilmente.
  • Sea constante y consecuente con las exigencias disciplinarias.
  • Establezca acuerdos previos con su pareja y/o cuidador acerca de la educación de sus hijos, para evitar desautorizarse en presencia de ellos. Acuda lo menos que pueda a los regaños, las amenazas o los castigos físicos.
  • Tenga en cuenta la edad del niño para establecer los límites, las reglas o las restricciones.
  • Los discursos largos y los sermones no son efectivos.
  • Estimule las conversaciones francas y abiertas. Sea firme en la negativa a ceder ante las demandas sin razón de los niños o a complacerlos en cada uno de sus caprichos.
La sanción 
  • Aplicar castigos moderados. La crueldad, además de atentar contra la dignidad del niño, niña o joven, fomenta sentimientos de rencor y origina conductas agresivas y de excesiva rebeldía.
  • La sanción debe ser inmediata, especialmente para los niños más pequeños, pues así entienden mejor la relación entre esa mala acción y las consecuencias que ella trae.
  • Castigar unas veces sí y otras no el mismo comportamiento desorienta al niño, niña o joven y hace que desconfíe de sus padres.
  • Sancionar con justicia permite que el niño, niña o joven reflexione sobre su actitud e intente modificarla.
Con las reglas 
  • Fijar normas que sean razonables. Es decir, pocas y que el niño, niña o joven pueda cumplir.
  • Defina claramente las conductas permitidas y aquellas que no tolerará. Comuníquelas en términos claros y sencillos, de tal forma que resulten comprensibles para su hijo(a). Hágalo todas las veces que sea necesario.
  • Explique el porqué de los límites y déjelo dar sus propias ideas. Esto le permitirá al niño desarrollar la autodisciplina y el autocontrol, y no solo la obediencia.
  • Cuando el niño cometa una falta, muéstrele las consecuencias de su acción y ayúdelo a realizar un acto reparador.
  • Revise periódicamente su plan de disciplina para determinar si en realidad el niño está cambiando sus conductas en forma consciente o si algo está pasando.
  • El valor de la disciplina será, la clave para tener éxito en todas las etapas de la vida. La disciplina es un entrenamiento que corrige y forma hábitos y reglas que nos ayudan a tener éxito en las actividades que realizamos.
Pautas: 
  • Entienda a su hijo(a)
  • Ayúdele a pensar, razonar y decidir su comportamiento de forma racional
  • Actué como ejemplo para su hijo(a)
  • Establezca objetivos de conducta que quiera conseguir, involucrando al niño, niña o joven
  • Sea firme en sus decisiones, límites y normas pero con amabilidad y cariño
  • Desarrolle su autonomía
  • Critique la acción y no a la persona
  • Enfóquese en las soluciones
  • Dialogue con el niño, niña o joven

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